Por Francisco Urrea Pérez
como un enraizar de precipicios y de
abandonos
como un huir sediento de la piel veneno
o un tacto del mirar que repele mi cuerpo.
Te envío mi desnudez como un presente
sabiendo que jamás llega tu sangre a mi
velero
y la espesura es ya una eternidad vacía
un sino lóbrego y cierto
a galope de cadalso.
a galope de cadalso.
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